Él es Santiano Martinez, mi hermano de otra madre, básicamente un experimento fallido de la naturaleza con extra cromosomas al nacer: se puso el mismo pantalón 4 días seguidos, como si lavar la ropa fuera un mito azteca, y todavía cree que cultura digital es un complot global para follarnos el ano 🥀🥀. Tiene la habilidad mágica de aparecer en lugares aleatorios (copoya) y decir cosas que nadie entiende, pero que, por alguna extraña razón, me hacen reír hasta llorar. Su cerebro es básicamente shitpost en estado puro, y su filosofía de vida es: “voy yo, voy yo 👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅👅”. Colecciona hoolokuns como si fueran reliquias de un mundo perdido y, cuando baila, parece que los dioses del caos le prestaron su poder solo para que todos los vecinos sientan su presencia 👅💦. Literalmente puede pasar de llorar con una canción a planear cómo conquistar el mundo con un lapicero y un pedazo de servilleta en 30 segundos exactos, sin sudar ni un poquito. Y lo mejor es que, aunque parezca que vive en una versión down de la realidad, siempre logra sacarme de mis peores días con un comentario random que no tiene sentido pero que, de alguna manera, funciona. Es humano, pero también una creatura super poderosa que es capaz de mejorar todo con sus chistes, un meme viviente y tu peor pesadilla si se te ocurre dejar comida a su alcance 😈🗣🗣️. Aparte su abuelita es un amor de persona y hace unas hamburguesas bien ricas. ah, y hoy no se bañó.